¿Quién es P. Henry?

El Padre Henry Kowalczyk, también conocido como Padre Henry de la Inmaculada, fue un miembro destacado de los Siervos del Hogar de la Madre. Es el pimer miembro que ha fundado en el cielo, junto a la hermana Clare . Durante varios días, estuvo en Amposta (Tarragona, España), sirviendo como capellán a una comunidad de Carmelitas Descalzas que se había quedado sin atención espiritual debido al coronavirus.  Según las propias Carmelitas, estaba feliz y en sus homilías recientes, hablaba del Cielo. 

Henry Kowalczyk nació en los Estados Unidos, hijo de devotos católicos polacos. En su adolescencia, se sintió atraído por el mundo de los conciertos de rock y los videojuegos. Su afición al heavy metal era tal que solía vestir como ellos y tenía el pelo largo. Soñaba con ser millonario antes de cumplir 30 años, y con solo dieciocho años, compró sus primeras acciones en la bolsa.

Un día, su madre le invitó a ver un programa de televisión en el que aparecía una religiosa muy popular: la Madre Angélica. Este programa cambió su vida. Siguió viendo a la Madre Angélica en secreto, lo que le ayudó en su proceso de conversión. 

Después de romper con su novia y cambiar su estilo de vida, comenzó a sentir la llamada del Señor a la vida sacerdotal. Durante su discernimiento vocacional, conoció en los Estados Unidos al Superior General de los Siervos del Hogar de la Madre, con quien compartió sus inquietudes religiosas. Al conocer las misiones del Hogar de la Madre, se sintió cautivado y comprendió que era allí donde el Señor le quería. Viajó a España para conocerles mejor.

Durante 6 esos años, trabajó en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. El Padre Henry Kowalczyk solía compartir experiencias impresionantes en las que algunos enfermos habían encontrado la fuerza en Cristo, especialmente a través de los sacramentos de la Eucaristía, la confesión y la unción de los enfermos. La Comisión Diocesana de Pastoral de la Salud del Arzobispado de Valencia le encargó impartir charlas de formación a los agentes de Pastoral de la Salud bajo el título “El poder curativo de la fe”. En estas charlas, hablaba de “Jesucristo: médico de las almas y los cuerpos” y de “Los sacramentos y la oración, encuentros íntimos y sanadores con Jesucristo vivo, en la comunidad eclesial”. Defendía que cuando la sanación es buena para la salvación del alma, los sacramentos sanan.

Llevaba 22 años consagrado y casi 13 años como sacerdote. Pasó sus últimos días en Amposta (Tarragona, España), sirviendo como capellán a una comunidad de Carmelitas Descalzas. En la madrugada del 15 de abril, sufrió un ataque que no pudo superar. El Padre Henry estaba alojado en una casa aparte del recinto de las religiosas y al sufrir el ataque, se cayó golpeándose fuertemente en la cabeza, lo que seguramente fue lo que le ocasionó la muerte. Según el testimonio de las Carmelitas, en sus últimos días “estaba feliz y en sus homilías, hablaba del Cielo”

Padre Henry vivió una vida sencilla, olvidándose de sí mismo y centrando su vida en Dios. Veía a Dios en todos los sucesos de su vida, y su servicio a los demás era un testimonio de su profunda fe y devoción.